martes, 13 de diciembre de 2016

El perverso dedo del auditor

A nadie le gusta que le digan que está haciendo algo mal. Y justamente, cuando te abren una no conformidad en una auditoría externa te están diciendo que algo no está todo lo bien que debería; o peor aún, que algo está mal. Y eso molesta.
Si no sabías que estaba mal te llevas una sorpresa desagradable, y se te queda esa cara de circunstancias a mitad de camino entre querer asesinar al responsable, y querer que la tierra te trague. Y si lo sabías, es peor, porque a lo anterior se suma la horrible sensación de que te han pillado: de que se han dado cuenta.
En cualquier caso, una vez que se confirma el desastre y la no conformidad aparece en el informe final, tienes que arreglarlo. Para ahora mismo. Antes de que venza el plazo.Y eso no es siempre fácil.

En el supuesto de que no lo supieras, cuando estas cosas te suceden te preguntas varias cosas: ¿Cómo puede ser?, ¿Por qué no se ha dado cuenta el responsable del departamento en cuestión?, ¿Por qué nadie te avisó?, ¿Quién es el responsable de esta situación?... Pues bien, la experiencia demuestra que da lo mismo lo bien que te prepares, o lo bien que lo hagas. En el momento en que un auditor entra en tu casa, estás a merced de su perverso dedo: Ese dedo con el que señala la muestra elegida, el dedo que apunta al lugar en el que, aunque no lo sepas, se esconde la no conformidad.

Todo suele comenzar con una pregunta inocente: ¿puedo tomar una muestra? y el auditor señalará con su perverso dedo los elementos de esa muestra. Al azar. Confiando en que, por supuesto, todo estará correcto.

Pero no...

En la muestra, sea del tamaño que sea, aparecerá algo que no está bien: Faltará un documento, o no estará una firma necesaria, o habrá desaparecido una parte esencial de un registro... lo que sea.

En definitiva, tendrás una no conformidad, y mientras firmas la aceptación del informe final seguirás pensando en cómo habrá sido posible que haya ido a acertar con "lo único que estaba mal".

Ya sabes... el perverso dedo del auditor...


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