miércoles, 25 de enero de 2017

Viajes, pasaportes, controles, policías y ladridos.

Dicen que es muy bonito viajar. Es una oportunidad maravillosa para conocer nuevos lugares, nueva gente o nueva gastronomía. Incluso, si tienes interés, puedes comenzar a aprender idiomas. En ese aspecto, un auditor está en una situación inmejorable, ya que dependiendo de sus clientes, puede, literalmente, pasarse la vida viajando... y eso, por supuesto, tiene que ser maravilloso.

Y sí: viajar te abre la mente, te enriquece cultural y espiritualmente, te engrandece el alma.... una vez que has jugado a la lotería del control de pasaportes. Cada control es una situación diferente. Ahí estás tú, de pie frente a un agente de la autoridad que tras su cristal tiene la obligación de considerarte un criminal en potencia.

Personalmente, siempre que me acerco al consabido control, lo primero que hago es saludar (si puedo en el idioma del lugar, y si no, al menos con un gesto de la cabeza). A veces contestan, y a veces no, pero tampoco es demasiado grave. Luego, presto la mayor atención para escuchar lo que me pregunten, porque siempre preguntan algo. Y ahí vienen las situaciones inesperadas...

Ir a hacer una auditoría a un lugar no significa conocer el idioma de ese lugar (o esa ininteligible mezcla tan parecida al inglés que utilizan) con la fluidez suficiente como para entender lo que te preguntan entre dientes, tras un cristal, y con todo el ruido del ambiente. No es extraño entonces que a veces haya que pedir que repitan la pregunta, o que se les solicite confirmación de que has entendido correctamente antes de contestar. Porque de lo que se trata es de contestar lo que ellos quieren saber, no de entablar una conversación amistosa. Pues bien... eso siempre se puede volver en tu contra. En mi última auditoría, pasé cinco controles. Uno de ellos, en Canadá, tuvo una conversación parecida a esto.

Agente: Hi! (Un ladrido, no un saludo amable)
Yo: Hello! (intentando poner cara distendida tras el recibimiento)
A: Where are you going? (definitivamente, esta tía es muy seca... pero es que está trabajando, pienso)
Y: I am in transit to XXXXXXX
A: How long are you staying in Canada?
Y: (Dudas... igual no me he expresado correctamente....) I'm not staying. I'm only in transit.
A: What will you do during the transit?
Y: (Supongo que es una de esas preguntas que no te esperas, para ver cómo reaccionas) Nothing. I will wait for the flight
A: And where will you be staying? (la tensión crece. La cara de la agente muestra un enfado real)
Y: (aquí yo ya no entiendo nada.... ¿Se está cachondeando de mí?)
Where will I be staying????????? (la pregunta literalmente se me escapa, por la sorpresa...)
A: THIS IS WHAT I AM ASKING YOU!!!! (Gritando.... el policía de la caseta de al lado se giró a mirar, al igual que algún viajero...)
Y: I'm not staying. I'm only in transit. (Mi****... es lo mismo que dije antes. Ahora volvemos a empezar, y con el mosqueo que lleva, me detienen...)
A: What is your occupation? (¡Anda! cambio de tema. Vuelta al tono seco inicial, pero al menos ya no grita)
Y: I am Quality Auditor in the Aviation industry (Esto lo digo marcando las palabras "auditor" y "aviation", como si a la agente le interesara lo más mínimo)
A:............ (Silencio, mientras sellaba el pasaporte con rabia, como si le hubiera hecho algo....).......GO!

Ni bienvenida al país, ni leches... "go!", y ya está.
Definitivamente es mucho más divertido hacer una auditoría que ser agente de frontera en Canadá. No conozco a ningún auditor que trate así a sus interlocutores. No se lo permitirían... Pero claro, a un agente de frontera, cualquiera le tose... Para eso es la autoridad.

lunes, 2 de enero de 2017

Star Wars no es auditable

Acabo de ver "Rogue One" la última (de momento) entrega de la saga Star Wars. Según tengo entendido, esta es la octava película por orden de estreno, pero la cuarta en el orden cronológico de la historia que cuenta. En un caso así, inevitablemente, surge la duda de qué es lo más recomendable: Ver las películas en riguroso orden de aparición en pantalla, o ver las películas siguiendo el orden de la historia.
Lo lógico, según algunos, es ver las películas en el orden en el que fueron estrenadas, porque cada película está creada para verse conociendo únicamente lo que se había rodado antes. De esa manera, se conservan las sorpresas argumentales, se mantiene el suspense de la historia, y, en definitiva, todo aquel que las ve así ahora, por decisión propia, se encuentra en las mismas condiciones que aquellos que lo hicieron en el pasado, porque no había más remedio.
 Lo lógico, según otros, es verlas en el orden "cronológico", porque así se puede seguir el hilo sin tener que saltar de un tiempo a otro.
Y entonces... ¿qué lógica aplicamos?.
Según el diccionario de la Real Academia, la lógica es, entre otras acepciones, "un modo de pensar y de actuar sensato, de sentido común". Pero el problema es que el sentido común, ya se sabe, cada individuo tiene el suyo propio.




Desde el punto de vista de la Calidad, la situación de Star Wars no es sostenible. Ningún proceso soportaría la incertidumbre de que sus pasos se pudieran aplicar en un orden o en otro, por muy lógico que parezca, y aunque se crea que el resultado final es el mismo.
Y no se trata de identificar una solución "buena" y una "mala". Se trata de priorizar aquella solución que sea mejor para nuestros clientes, y por lo tanto, para nuestro negocio. Y una vez elegida, es la que hay que fijar en los procedimientos escritos.

Los procedimientos escritos, son auditables, y se les pueden aplicar las herramientas de mejora que se consideren oportunas. La lógica, las opiniones, no son auditables, afortunadamente.
Por eso, que cada cual vea las películas de Star Wars como considere oportuno, que para ir al cine, de momento, no hace falta escribir un procedimiento.